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Opinión

Alcaldesa honoraria

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Opinión. Es más que evidente que el nacionalcatolicismo carece de pudor. La proclamación de María Auxiliadora, en pleno siglo XXI, como Alcaldesa Honoraria de Morón …

Opinión. Es más que evidente que el nacionalcatolicismo carece de pudor. 

La proclamación de María Auxiliadora, en pleno siglo XXI, como Alcaldesa Honoraria de Morón de la Frontera durante el segundo mandato de Manuel Morilla Ramos se conoció en toda España por la actitud gamberra del edil metiéndose los dedos en la boca para solicitar una pitada cuando los concejales de Izquierda Unida se ausentaban del pleno, puesto que éste ya había terminado, y los forofos del alcalde con sus concejales lacayos se disponían a interpretar un cántico religioso en pleno salón plenario.

Y es que el nacionalcatolicismo quiere convertir todos los espacios públicos, de utilización común de todos los ciudadanos sean cuales sean sus creencias religiosas, en iglesias. Da igual que sea una escuela, un hospital, una residencia de ancianos, el Ayuntamiento, la Diputación o cualquier dependencia pública.

Por cierto que es pertinente, muy pertinente decir, que Izquierda Unida fue la única formación política que se atrevió a votar en contra del disparate. El PSOE de Morón, demostrando una vez más que hace tiempo que dejó de ser de izquierdas, no tuvo el coraje de aparecer por el pleno. La cantidad de meapilas (empezando por el Alcalde) del grupo municipal, al que me niego a llamar socialista, es asombroso. Parece que la lista del PSOE la hace el Consejo de Hermandades. Los del PSOE sólo valoran los votos que van a obtener. Se han convertido en un partido puramente electoralista. 

Pero alguien tiene que decirle a todos estos sujetos nacionalcatólicos, tanto a los fervientes como a los tibios, que no deben mezclar las cosas del César con las cosas de Dios.

Nosotros, la redacción, no tenemos ningún sentimiento hostil a los verdaderos cristianos, a aquellas personas que intentan vivir según los valores que se desprenden de la doctrina de Jesucristo: amor al prójimo, generosidad, repudio del egoísmo, repudio del atesoramiento de bienes materiales más allá de las necesidades para una vida digna, fraternidad universal, ayuda a los más desfavorecidos… Es más, simpatizamos con quienes practican estos valores.

Por eso denunciamos, como denunció Cristo en su día, que se intente confundir. Y como los mejores cristianos, también somos laicos.

Por ello no nos sorprende la impudicia que supone utilizar la celebración de María Auxiliadora  con el mantra de Alcaldesa Honoraria. Ya lo dejó dicho Cristo con suma claridad: no hay que mezclar religión con política.

¿Qué les parecería a estos nacionalcatólicos que, aprovechando que una mayoría de concejales musulmanes se hicieran con el gobierno del Ayuntamiento de Morón, proclamaran Alcalde Honorario de Morón de la Frontera a Alá o a Mahoma?

Pero pedirle al integrismo que razone es como pedir peras a los olmos. Por eso las sociedades más respetuosas de Europa hace ya años que acabaron con la polémica separando claramente el campo religioso del político.

Aquí la sociología del franquismo permanece en las mentes de gentes que se llaman progresistas y de izquierdas, como los concejales y concejalas del PSOE. Del PP ni hablamos.

La ministra Báñez reza a la Virgen del Rocío para que baje el paro. Los ciudadanos de Morón, creamos o no, nos vamos a tener que poner a rezar a la Alcaldesa Honoraria para ver si acaba de una vez con tanto político inepto del PPSOE que, amparándose en su manto, nos han colocado en una posición imposible. Con una deuda que va ya por los 60 millones de euros.

Tienen la cara tan dura y tan poca responsabilidad que quieren utilizar hasta María Auxiliadora, lo mismo que Franco utilizó al Sagrado Corazón. Ya está bien, señores y señoras nacionalcatólicas. “Al César lo que es del César; a Dios lo que es de Dios” dijo el Nazareno. Por favor, dejen de crucificarlo.

Redacción

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