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Opinión

El caso Bustamante. Por Juan Segura

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No voy a esperar a que un juez determine la inocencia o culpabilidad de Miguel Ángel Bustamante. Él se ha declarado inocente y con eso me basta.

_No voy a esperar a que un juez determine la inocencia o culpabilidad de Miguel Ángel Bustamante. Él se ha declarado inocente y con eso me basta.

 

 

Estamos en tiempos de infamia en los cuales muchos se ponen de perfil sobre ciertos asuntos no vaya a ser que les tachen de machistas. Yo prefiero correr ese riesgo antes de quedarme callado ante lo que considero una denuncia falsa.

 

Todo lo que conozco de Miguel Ángel Bustamante, por propia experiencia, sin que nadie me haya contado nada, y desde hace más de diez años, me lleva a corroborar lo que ha expresado ante los medios de comunicación: “Jamás, en toda mi vida, he dado un puñetazo a nadie” Es una de las personas más tranquilas y pacíficas que he conocido (demasiado tranquilo y pacífico en ocasiones)

 

Así que si su excompañera, a la que no conozco de nada, por cuya voluntad se está tramitando un procedimiento de divorcio desde junio pasado, dice lo contrario, yo pienso que está mintiendo. Conociendo a Miguel Ángel me parece un millón de veces más probable que ella mienta (se está convirtiendo en un deporte mundial) que él le haya hecho algún tipo de daño, ni físico y mucho menos psicológico. Lo creo incapaz de ello.

 

Que el Comité Federal de Izquierda Unida lo haya suspendido de militancia sin siquiera haber hablado con él me parece una vergüenza que no tiene apoyatura en los estatutos. El artículo 28 dice bien claro que las medidas cautelares tienen que “justificarse” ¿Qué justificación puede tener suspender de militancia a alguien sin escucharle siquiera?  ¿Más papistas que el Papa? o las ganas de desembarazarse de alguien que no dice a todo: Sí, Señor.

 

No han esperado siquiera a que Miguel Ángel pidiera la suspensión de militancia, como ha hecho.

 

Otra cosa que tiene narices es que el asunto de la denuncia haya aparecido en los periódicos antes de que Miguel Ángel se enterase. La filtración a la prensa sólo puede venir de la denunciante, directa o indirectamente o de las personas que han tenido conocimiento de dicha denuncia por haber intervenido en su tramitación en la Policía o en los Juzgados.

 

 

Espero que este caso siga la senda de lo ocurrido con Antonio Rodrigo Torrijos y otros compañeros de Sevilla, denunciados por la derecha extrema y la extrema derecha sevillana. Todos han resultado absueltos.

 

 

Lo que se quería es dañar la reputación. Y eso es seguro que se consigue con este tipo de campañas. Porque cuando el juez termina fallando que el inculpado es inocente, no se entera ni Dios. El daño, para entonces, ya está hecho. Podrás resultar inocente ante la justicia pero si nadie se entera de que no has cometido el crimen que te imputaban, eres culpable.

 

Por eso las denuncias falsas y las falsas acusaciones de parte deberían estar penadas muy severamente. Mucho más de lo que están actualmente.

 

Juan Segura Fernández

 

 

 

 

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