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Opinión

Sin memoria es imposible aprender nada.

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Breverías. El caso Filesa fue un caso de corrupción consistente en la creación de una trama de empresas

Breverías. El caso Filesa fue un caso de  corrupción  consistente en la creación de una trama de empresas, (Filesa, Malesa, Time-Export) cuyo fin era la financiación ilegal del Partido Socialista Obrero Español, para hacer frente a los gastos originados por las campañas electorales del año 1989, hechos todos ellos establecidos como probados por la Judicatura.

Esta financiación ilegal consistía en inflar contratos públicos para recibir la comisión correspondiente… (Wikipedia)

Hace más de veinte años, el Partido Comunista de España e Izquierda Unida, empezaron a alertar al pueblo español de lo que se nos venía encima.

Denunciamos la deriva neoliberal de Europa. Explicamos al pueblo que la pomposamente llamada Constitución Europea consagraba una antidemocrática Europa del Capital frente a la Europa de los Pueblos que nosotros propugnamos.

Hemos estado denunciando también durante todo este tiempo el saqueo para las arcas del estado que han supuesto las privatizaciones llevadas a cabo por los gobiernos de Felipe González-Gas Natural  y José María Aznar-Endesa y previniendo  que, tanto en nuestro país como en Europa, las pretensiones del PPSOE eran privatizar hasta la sanidad, la educación y los servicios sociales. O sea, privatizarlo todo,  tal y como señala la Directiva Bolkestein (que, por lo monstruoso de su contenido, más bien debiera llamarse Directiva Frankestein)

Durante todo este tiempo nos hemos desgañitado sacando a la luz la pérdida de derechos sociales de los trabajadores.

Y no sólo denunciábamos verbalmente. Salíamos a la calle a protestar. El pueblo no nos hizo demasiado caso. Muchos consideraban que estábamos exagerando. Otros nos descalificaban diciéndonos que estábamos locos, que vivíamos fuera de la realidad.

Eran los días de vinos y rosas en los que el estado hizo caja con las privatizaciones y la burbuja inmobiliaria, todavía sin estallar, permitía una recaudación fiscal que llevó a Aznar a faldar de tener superávit. España iba bien, decía. Mientras tanto la corrupción político-moral hacía estragos.

La connivencia del bipartidismo con la gran banca y las multinacionales hizo que se cerrara en falso el combate contra la primera fase de la corrupción político-moral, la que encabezó Felipe González al frente del PSOE, con el caso Filesa y el terrorismo de Estado de los GAL. Como consecuencia la corrupción político-social se ha ido extendiendo por España como las metástasis de un cáncer que amenazan la vida del estado.

¿Dónde estaban, entonces, los que posteriormente salieron a la calle pretendiendo representar al 99% de la población? Parece que habían ido por hierba “pa los conejos” Ni estaban, ni se les esperaba. Vivían felices y contentos sin vislumbrar lo que se nos venía encima, totalmente indocumentados: había trabajo (sin que importara la calidad del mismo), estaba la familia y fluía el crédito.

Con el estallido de la burbuja a nivel internacional gran parte de la población se quedó sin trabajo y sin crédito. Y muchos, hipotecados. La familia es lo único que ha resistido, aun renqueante, a la devacle.

Los hechos  han demostrado que el Partido Comunista de España e Izquierda Unida, al igual que  otros muchos compañeros y compañeras (como el sector crítico de CC.OO) que denunciaban la situación, teníamos razón.

Pero tener razón no es suficiente. Es necesario organizar una alternativa al capitalismo realmente existente.

Con muchos obstáculos nos vamos a encontrar en ese camino. Unos externos, porque el capitalismo, aunque tocado del ala, tiene mucho poder;  y otros internos. De los internos creo que el individualismo y el sectarismo son los dos principales.  

El individualismo, el personalismo, es un disolvente de cualquier organización, dinamita las organizaciones desde su interior. El sectarismo impide la unidad necesaria para la acumulación de fuerzas. Está claro por qué debemos huir del individualismo y del sectarismo como de la peste.

El estudio de la historia es fundamental para poder dar esquinazo a ambos males. Porque sin memoria es imposible aprender nada.   

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