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Borbonear

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Opinion. El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, García Margallo, acaba de dar una lección magistral a Alberto Rivera y le ha desenmascarado con toda crudeza….

Opinion. El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, García Margallo, acaba de dar una lección magistral a Alberto Rivera y le ha desenmascarado con toda crudeza.

De paso se ha podido comprobar que la distinción entre “vieja” y “nueva” política no es más que un camelo más de los tantos que pululan por el ambiente entre los mercaderes de tanta mercancía averiada.

Porque lo sustancial, para cualquier persona sensata, nunca será optar por la política nueva o la vieja sino más bien por la buena o la mala política. Ni lo nuevo “per se” es señal de bondad, ni lo viejo de maldad.

La mala política aunque “nueva” hay que desecharla. Y la mala política es la que miente con total descaro, la mala política es la política que favorece la corrupción o que no se opone con firmeza a ella, la mala política es aquella que se convierte en postureo y teatro, la mala política, en fin, es la política sectaria que se hace para servirse del pueblo y no al revés que es como debe ser.

Alberto Rivera es un malísimo político porque practica la mala política. Porque dice un día una cosa y la contraria a la semana siguiente. La política mentirosa no puede ser buena.

Pero además pretende que volvamos a tiempos de Alfonso XIII como le ha aclarado García Margallo. Tiene bemoles que un ministro de un gobierno que tiene por presidente a uno de los personajes más corruptos de España, tenga que darle lecciones de progresismo al autoproclamado “nuevo político”

Y es que Alberto Rivera metió la pata hasta el corvejón cuando, para quitarse de encima las pulgas que lo atormentan, no se le ocurrió otra cosa que encomendarle al actual Borbón que se saltara la constitución y convenciera a Pedro Sánchez  para que invistiera presidente a Rajoy.

El ministro Margallo le ha explicado a Alberto Rivera que eso es lo que siempre han hecho los Borbones, ilegítimamente, en el pasado. Y le ha explicado el significado del verbo borbonear.

Una lección que le debiera servir a Alberto Rivera para dimitir porque es una vergüenza intolerable que este individuo pretenda retrotraernos a las peores prácticas monárquicas del siglo pasado. Y que se vea en la humillación de tener que recibir lecciones de progresismo de un político “viejo”

Ya sabemos que a Alberto Rivera le han aupado, entre otras cosas,  para besarle y salvarle el culo a la Monarquía. Lo que no sabíamos es que, tan constitucional él, lo que quiere es una monarquía de principios del siglo XX. Valiente caradura.

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