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Entrevistas

El bar de tapas «El Mentidero» crea una carta de menú para diabéticos.

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Entrevistamos a Fini Ridríguez, propietaria del bar de tapas en “El Mentidero”, en Morón, que ha creado una innovadora carta de menú con información…

Entrevistamos a Fini Ridríguez, propietaria del bar de tapas en “El Mentidero”, en Morón, que ha creado una innovadora carta de menú con información del número de raciones de carbohidratos que se consume dependiendo de cada tapa o plato.

Motivada por su conocimiento en el tema, y como persona preocupada por la carencia de información y educación en el colectivo  de personas enfermas de diabetes de nuestra localidad, nuestra paisana Fini Rodríguez, propietaria del bar de tapas El Mentidero, se dirigió a nuestro periódico para informarnos de un innovador proyecto que  llevará a cabo en breve.

Las 9 de la noche era la hora acordada de nuestra cita.

El Mentidero, situado a mediación de la calle Capitán Cala, muy cerca del local donde durante años se emplazara la mítica e inolvidable taberna la Goleta, acogía en un agradable ambiente a varios clientes que a los pocos minutos se duplicarían, llegando a ocupar todas las mesas del local.

Algo pasada dicha hora, en un sábado frio aunque afortunadamente escaso de lluvia, llegué al local de Fini y su marido, donde me esperaba con un dossier informativo en la mano y una sonrisa cordial y amable que me hizo sentir muy bien acogida.

Ajena yo al mundo de la diabetes, Fini se encargó, en primer lugar de situarme e introducirme en este riguroso mundo de controles diarios y limitado abanico de posibilidades culinarias.

Intentar resumir años de experiencias y conocimientos en unos minutos puede resultar una autentica proeza, pero Fini con paciencia y resolución supo hacerme llegar la información necesaria para que esta que escribe, pudiera llegar a entender la importancia de su proyecto sin perderme en el camino.

  • Antes de que me hables de tu proyecto, me gustaría que nos hablases acerca de lo que es el día a día en la vida de un diabético.

 

  • Nuestra rutina diaria es un continuo control mediante mediciones de  glucosa y las dosis de insulina que debemos inyectarnos antes de cada comida. Un cuidado extremo y exhaustivo de nuestra ingesta de carbohidratos que nuestro médico nos hace anotar en un cuadrante, a la vez que las dosis que nos administramos. Aparte claro está, de las analíticas y los controles que nuestro médico nos realiza periódicamente.

 

 

  • ¿Qué tiene de novedoso tu proyecto y que aporta al colectivo de personas  diabéticas?

 

  • Bueno, para explicar cómo surgió la idea, me tengo que remontar atrás en el tiempo, justo al momento en que afortunadamente la seguridad social andaluza me proporciona  un infusor de insulina o como es conocido entre la familia de portadores de dicho aparato, la bomba. De esto hace ya algunos años, años anteriores a la crisis económica que estamos atravesando. La bomba me proporcionó una calidad de vida que hacía tiempo había perdido. Como dato relevante te diré que desde que llevó la bomba evita tenerme que inyectar 5 dosis al día y que además también ha desparecido el riesgo de sufrir una bajada de azúcar, de la que a veces me han tenido que reanimar suministrándome glucagón.

Fini introduce su mano bajo el jersey y saca un aparato del tamaño de un móvil que queda unido a ella a través de una catéter y una pequeña cánula por donde se suministra la insulina necesaria para sobrellevar bien el día.

  • ¿Supone mucha complejidad el uso de la bomba?

 

  • Más que dificultad, la bomba supone un continuo y riguroso control diario y la constancia para nuestro médico de nuestra disciplina en este sentido.

Y es a raíz de la empatía que nace entre personas que están en mi misma situación, que surge un hermanamiento y una complicidad que nos une para compartir vivencias.

 Así que un día que estaba yo reunida con mi amiga Fabiola y nuestro educador Ángel, se me ocurre la idea de hacer una kedada aquí en el Mentidero y llevar a cabo mi proyecto que no es otro sino el de elaborar un escrupuloso peso o medición de cada tapa, indicando el equivalente a la dosis de insulina que se corresponda según los carbohidratos que la tapa en concreto aporte.

 El objetivo es que toda aquella persona diabética pueda comer tranquilamente la tapa que le apetezca de nuestra carta, despreocupándose por completo de la dosis de insulina que se tendrá que administrar porque de eso ya me habré yo encargado de calcular y medir, contando con la inapreciable ayuda y colaboración de nuestro cocinero Víctor.

Llegados a este punto, estimo oportuno la introducción de un email que Fabiola, amiga y hermana de bomba de Fini como ella misma se proclama, me mandó amablemente narrando su visión y experiencia sobre el día del encuentro.

NOTICIÓN

Si se dice que el pasado domingo 25 de noviembre, hubo una kedada de bombas en Morón, creo que pocos nos entenderán.

Si decimos que hubo una reunión de personas a los que la tecnología les ha cambiado la vida, quizás vayan entendiendo algo más. Pero si, por fin, digo que el pasado domingo 25 nos juntamos una decena de personas con diabetes a los que un día se nos colocó un dispositivo de administración de insulina (bomba), así ya si se entiende ¿verdad?

Pues sí, así ocurrió. La idea partió de una de estas personas, de Fini, propietaria del Mentidero, bar que abrió sus puertas para acoger a este grupo de personas a las que la vida les cambio por completo aquel día que el especialista endocrino les dio la posibilidad de ponerse esta “máquina maravillosa”.
La finalidad de esta kedada, no era otra que conocernos, contarnos nuestras experiencias, compartir vivencias y comprobar que no estamos solos en este viaje que emprendimos hace años.

También pudimos contar con la presencia de Ángel Martínez e Isabel Hidalgo, educadores de diabetesen los hospitales de Valme y Virgen del Rocío. Dos profesionales como la copa de un pino y que, como nosotros decimos hablan nuestro mismo idioma. Son grandes en su profesión y gigantes en su humanidad.

Detrás de esta comida hubo una gran labor compartida entre cocinero, pacientes y educadores ya que se elaboró una carta de tapas especiales para esta ocasión.
Decimos que fueron tapas especiales, no porque fueran diseñadas por y para el problema de la diabetes, sino al contrario por la festividad del evento:

Milhojas de calabacín, ensaladilla rusa, turnedor, rollito mozárabe, y entre los postres, se pudieron deleitar la tarta de chocolate, el bizcocho mozárabe, o el exquisito flan en salsa de té y con peineta de chocolate.

Tapas magníficamente elaboradas por Víctor, el excelente chef del restaurante, que aplicó toda la profesionalidad en la elaboración y el arte en su diseño, de la mejor escuela de hostelería. Degustaciones donde las haya, envidia de los mejores restaurantes.

Todos los comensales hicieron práctica su administración de insulina de una forma calculada gracias a que el menú no llevaba entre su “precio” otra cifra que el recuento de raciones de carbohidratos. Y así fue, que todos aprendieron de todos, como una escuela real de pacientes. El resultado inmejorable, el efecto absolutamente gratificante, y la experiencia inolvidable.”

Aun habiendo servido de conejillos de India al experimento de la decidida  anfitriona, queda manifiesto el estado de satisfacción en que quedaron los comensales, elogiando  los buenos resultados de la kedada.

Mi siguiente e inminente pregunta a Fini no se hace esperar.

  • ¿Tienes ya elaborada la carta para los pacientes de diabetes? ¿para cuándo verá la luz tu proyecto?

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  • Sí, la elaboración sobre nuestra carta fija ya está elaborada, será un continuo estudio de todos modos ya que como norma tenemos el ir cambiando y renovando nuestras tapas buscando siempre el deleite de nuestra clientela, pero creemos firmemente que merece la pena. Así que posiblemente para esta Semana Santa nuestra carta de tapas aparecerá con una fila de más, de lo que cualquier otra carta de menú, indicando en ella el número de raciones de carbohidratos que se consumirá dependiendo de cada tapa o plato.Para ello evidentemente, el diabético debe saber cuál es su factor de sensibilidad que  se averigua por la regla de 1800 (análogos de insulina). Esta regla es la siguiente:

1800 / Dosis diaria= FACTOR DE SENSIBILIDAD

Glucosa actual- glucosa deseada/ FACTOR DE SENSIBILIDAD= NUMERO  de U.I.

De esa manera, entre folios con tabla de alimentos, gramos de carbohidratos con su equivalente en raciones de insulina, fórmulas  matemáticas para averiguar el factor de sensibilidad y un par de cervecitas que de vez en cuando nos refrescaba la garganta tras la extensa charla, nuestro encuentro llego a su fin.

Queda en nuestro conocimiento la dedicación y entrega de nuestra vecina Fini por difundir,de manera altruista y gentil, sus conocimientos  basados en sus propias experiencias vitales, así como su preocupación por la necesidad de  educadores que aporten información  básica e imprescindible, necesaria,sin lugar a dudas, para llevar la enfermedad de manera que la vida del paciente no sea una continua restricción alimenticia.

Su novedosa y revolucionaria idea, ciertamente facilitara el poder comer fuera de casa sin preocuparse, más que de degustar las elaboradas y sabrosas tapas que El Mentidero ofrece a todos los moronenses  y foráneos que se acerquen al local.

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

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