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Opinión

Carta al Director. «Venezuela: defender la revolución es defender su avance»

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"Muchos compañeros repiten una y otra vez que a Lenin no hay que trasladarlo de forma mecánica al presente porque las circunstancias son distintas. Y yo estoy de acuerdo en que hacerlo sería un estupidez,…

"Muchos compañeros repiten una y otra vez que a Lenin no hay que trasladarlo de forma mecánica al presente porque las circunstancias son distintas. Y yo estoy de acuerdo en que hacerlo sería un estupidez, subrayando "de forma mecánica". ¿Por qué subrayo esto? Pues porque de la misma manera que se puede aprender de los errores del pasado también es posible aprender de los aciertos.

 

La verdad concreta es que los bolcheviques partían al inicio de la Revolución Rusa (iniciada, no lo olvidemos, en febrero de 1917) siendo una minoría absoluta, con sus estructuras prácticamente destrozadas por la guerra. Eran las corrientes más "moderadas", defensoras de las bases económicas del Régimen y de sus relaciones de producción, las que detentaban una posición mayoritaria entre las masas, tanto obreras como campesinas. Mencheviques, eseristas, kadetes, liberales de todos los colores… entre todos formaron parte del Gobierno de la Revolución. Fue la paradoja de Febrero. Los obreros y campesinos hicieron la revolución y llevaron al poder a los representantes de la gran burguesía,, a través de elementos pequeñoburgueses. Siendo esta la situación de partida, conviene volver a analizar la política desarrollada por los bolcheviques (con Lenin y Trotsky a la cabeza) en el período que va de febrero a octubre, para comprender el desarrollo del factor determinante que llevó al poder a la clase trabajadora: la evolución del apoyo de masas del partido bolchevique.

 

El 30 de agosto Lenin escribe, desde la clandestinidad, una carta al Comité Central, en una situación de extremo peligro para la Revolución. Se trataba de un escenario en el que se daba un pulso contrarrevolucionario definitivo de las tropas de Kornílov, cuyo objetivo era ahogar en sangre las aspiraciones de las masas instaurando un régimen de terror. Los bolcheviques hasta ese momento no habían ahorrado en críticas al Gobierno, e incluso había exigido a los "socialistas" que conformaran un gabinete puramente socialista y que se deshicieran de los elementos burgueses. Esto se hacía mientras se negaban a entrar en el Gobierno, pues la tarea en mitad del proceso revolución era señalar las limitaciones y la indecisión del Gobierno, mientras se señalaba cuál era la única salida para las masas: instaurar un gobierno revolucionario que expropiara a la oligarquía y efectuara el traspaso del poder a los órganos de la clase trabajadora.

 

¿Qué recomendaba Lenin al Comité Central en plena ofensiva de Kornílov?. ¿Dejar a un lado las críticas al Gobierno de Febrero? ¿Conciliación con los que se negaban a hacer avanzar la revolución mientras de palabra la defendían? NO. Su actitud fue cerrar filas en torno a la defensa contra Kornílov, pero sin dejar de atacar al Gobierno por su indecisión y por esto, precisamente, dar alas a la reacción. He aquí parte de la carta:

 

“Combatiremos, estamos ya combatiendo a Kornilov, como lo hacen las tropas de Kerenski, pero no apoyamos a este. Al contrario, exponemos su debilidad. Ahí está la diferencia. Es una diferencia más bien sutil, pero esencial y que no debemos olvidar.

 

¿Qué constituye, pues, nuestro cambio de táctica ante la acción de Kornilov?

 

Estamos cambiando la forma de nuestra lucha contra Kerenski. Sin debilitar un instante nuestra hostilidad hacia él, sin retractarnos de una sola de nuestras manifestaciones respecto a él, y sin renunciar a nuestro objetivo de apearle de la cúspide, afirmamos que hay que tomar en cuenta la situación presente. No hemos de derribarlo de inmediato. Hemos de aproximarnos de diferente manera a la tarea de combatirlo. Por ejemplo, deberíamos señalar a la masa (que está luchando contra Kornilov) la debilidad y vacilación de Kerenski. Eso ya se ha hecho antes. Ahora, sin embargo, se ha convertido en el objetivo principal y aquí estriba el cambio…”

 

Me parece especialmente interesante: "Sin debilitar un instante nuestra hostilidad hacia él…afirmamos que hay que tomar en cuenta la situación presente". "Deberíamos señalar a la masa (que está luchando contra Kornilov) la debilidad y vacilación de Kerenski"…

 

No todas las situaciones son iguales, por supuesto, siempre aparecen factores novedosos, propios de cada proceso. Pero es interesante aproximarse al método de Lenin para comprender concretamente por qué las cosas pasaron como pasaron. La historia siempre está abierta, no es fatalista. Kornílov podía haber triunfado, y entonces Hitler y Mussolini habrían tenido un predecesor quizás más sanguinario. Pero ocurrió lo contrario, triunfaron los bolcheviques y eso lanzó la creación de una nueva Internacional revolucionaria y abrió la posibilidad del triunfo revolucionario en Alemania, Hungría,… Desgraciadamente en estos países no existía el factor subjetivo, es decir, el factor que no es el fundamental pero sí el determinante en toda revolución, el partido. La revolución quedó aislada y constituyó el principal problema para su degeneración, y a la postre para los incipientes partidos comunistas del resto del mundo.

 

No trasladaremos mecánicamente la posición de Lenin a la actualidad, pero sí merece la pena el examen en un situación en que el Gobierno de Maduro se está enfrentando a la mayor oleada de ataques violentos de la oposición. El deber de todo revolucionario es defender el Gobierno de Maduro en este momento frente a los planes golpistas de la derecha. Pero es también un deber señalar las vacilaciones y muestras de debilidad del Gobierno, que son los mejores puntos de apoyo para el enemigo de clase. Pero junto a este deber existe uno mayor, que es preparar las fuerzas del movimiento para dotarse de un programa no sólo que enfrente militarmente estas intentonas sino también económicamente, acelerando masivamente la abolición de las relaciones de producción capitalistas. Sólo esto daría el impulso necesario a la revolución y arrinconaría a la reacción, que ahora se alimenta de la confusión y el caos.

 

Hoy Maduro tiene los tanques y las prerrogativas para sacar decretos de nacionalización y control obrero, pero la hora es grave y se corre el peligro real de que esto deje de ser así…"

 

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