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Entrevistas

Entrevista a Juan Antonio Entrena

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Nací en el Hospital de Morón en junio de 1.978. Mis padres accedieron a un piso de la Primera Fase de El Rancho por lo que mis primeros años de infancia 

Nací en el Hospital de Morón en junio de 1.978. Mis padres accedieron a un piso de la Primera Fase de El Rancho por lo que mis primeros años de infancia los viví allí. Del Colegio Antonio Machado tengo muy vivo el recuerdo de mi primer contacto con las pinturas y esa apertura al mundo del color.

 

Mis padres emigraron a Alicante, a Alcant como indicaban algunos mapas, y por eso creí que nos íbamos al extranjero. Vivimos un año en la capital y otro en una urbanización de huertos familiares a las afueras. Allí conocí las fallas, los moros y cristianos, la gota fría (dos veces fuimos evacuados) y la paella valenciana. Vivimos junto a la Sierra Fontcalent que nos recordaba mucho a nuestra sierra, y nuestros vecinos eran familias de la provincia de Sevilla, por lo que el sentimiento por nuestra tierra y nuestras costumbres estaban muy vivos, más si cabe cada vez que nos visitaban nuestros familiares, motivo para celebrar verdaderas fiestas. Claro que la visión de la realidad de un niño no es la que tendrían los mayores en la necesidad de buscar trabajo fuera de nuestra tierra.

 

De vuelta a Morón mi lugar de residencia fue El Pantano, el barrio de mis abuelos y de mis padres. Aquí disfruté mucho del juego en la calle con mis amigos del colegio María Auxiliadora.

 

En el instituto (El Fray) conocí a mis mejores amigos, mujeres todas ellas. Desde el primer curso tuve muy claro a qué quería dedicarme. No me considero un estudiante brillante, en clase solía distraerme con bastante frecuencia, y arrastraba a todos en mis distracciones, excepto en clase de dibujo técnico, que no permitía que se escuchara ni una mosca.

 

Terminados los estudios universitarios en Sevilla volví a Morón donde decidí montar mi propio estudio.

 

 

Tú eres arquitecto. ¿Cómo hiciste la carrera?

 

La carrera de Arquitectura es muy dura, por la complejidad y la densidad de la materia mezcla entre Humanidades e Ingeniería.  Las entregas de las distintas asignaturas (proyectos, construcción, estructura, urbanismo, patrimonio, etc.) eran más llevaderas cuando se hacían en grupo. Tuve la suerte de conocer a unas compañeras maravillosas (de nuevo todas mujeres) con las que íbamos todos a una.

 

Al ser una escuela y no una facultad, podíamos rotar con los profesores de Proyecto y por tanto conocer diferentes corrientes arquitectónicas y distintos modos de repensar el mundo. Una de las asignaturas con las que más disfruté fue Teoría de la Arquitectura donde había que poner en crisis las teorías del profesorado de la escuela y buscar nuestro propio hilo conductor para hacer Arquitectura. El pintor Javier Velasco, profesor de  Análisis Gráfico, me enseñó a ver la Arquitectura desde un punto de vista más artístico. Siempre me decía “abstráete, abstráete” y tal fue así que en la entrega final de la asignatura se reunió conmigo para decirme “que me había abstraído tanto que no podía evaluarme”. Dentro de lo difícil que resultó la carrera reconozco que disfruté mucho con las personas que conocí y porque hice lo que desde pequeño soñé.

 

¿Tuviste dificultades económicas?

 

La mayor parte del peso económico que supuso la carrera lo soportaron mis padres. Desde aquí quiero agradecerles, tanto a ellos como a mi hermana, el esfuerzo que tuvieron que hacer y la confianza que depositaron en mí. Yo vengo de una familia humilde y trabajadora de la que me siento muy orgulloso. Sólo tuve beca el primer y el último año de la carrera. En el ecuador de la carrera me incorporé a la bolsa de trabajo de la Escuela. Había muchísimas ofertas de trabajo pues vivíamos el boom de la construcción. Puedo decir que tuve mucha suerte puesto que para poder ayudar a mis padres trabajé en estudios de arquitectura. Ello prolongó los años de carrera pero me sirvió para conocer más la profesión.

 

El día en que los vecinos de Morón se manifestaron en Sevilla por un hospital nuevo para nuestra ciudad, fue mi primer día de trabajo en un estudio de Sevilla especializado en la proyección y construcción de hospitales, centros de salud y edificios para la atención sanitaria. Se buscaba  humanizar los espacios de uso sanitario sobre todos las urgencias, UCI y quirófanos y por supuesto las habitaciones, especialmente las del Hospital Infantil de la Ciudad Sanitaria Virgen del Rocío. Esta experiencia adquirida me sirvió para realizar mi Proyecto de Fin de Carrera que consistió en un Centro Hospitalario de Alta Resolución  (CHARE) en Espartinas.

 

Más que dificultades económicas tuve falta de tiempo: por las mañanas trabajaba, por las tardes iba a la escuela y los fines de semana echaba una mano en el negocio familiar.

 

¿Se han cumplido tus expectativas de trabajo?

 

No sabría responder a esta pregunta. Dicen que cuando se termina la carrera empieza el verdadero aprendizaje de la profesión. Yo terminé la carrera justo el año en el que reventó la burbuja inmobiliaria.  Mi aprendizaje ha sido por tanto más lento pero más afianzado y seguro.

 

Del trabajo en estudios como estudiante al trabajo como profesional libre (autónomo o freelancer) he podido comprobar que la Arquitectura tiene que estar al servicio de la sociedad, especialmente de los ciudadanos y no de la Construcción y la especulación. Los espacios de relaciones que se creaban urbanística y arquitectónicamente en el marco teórico de la escuela, nada tenían que ver con la realidad. Se echa mucho en falta las iniciativas públicas para la promoción de viviendas, la creación de espacios públicos de convivencia e igualdad social, la puesta en valor y la conservación del patrimonio, etc.

 

Tienes el despacho en el Pantano. ¿Cuál es tu relación con este barrio?

 

Empecé con mi estudio en la calle San Sebastián, en el centro de Morón y de allí me trasladé a El Pantano, que es mi barrio de referencia, tanto en el ámbito familiar, como en el social y el urbanístico.

 

Mi familia, que en su origen vivieron en el castillo, en el barrio en casas de familia y en el campo, se mudaron siendo mis padres unos chiquillos a El Pantano y la gran mayoría de mis tíos y primos viven aquí.

 

La convivencia entre vecinos es extraordinaria. El origen del barrio es obrero por lo que los vecinos compartimos muchas experiencias vitales y sociales. De ahí que me apasione el Patrimonio Industrial, en el que mis vecinos son testimonio vivo: mujeres aceituneras, trabajadores de la fábrica de cementos, de los molinos, de las canteras, etc… Recuperar el patrimonio industrial es valorar tantos trabajadores anónimos que hicieron de Morón una ciudad próspera, y que por comparativa vemos lo mucho que hemos perdido hoy.

 

El Pantano por su fisionomía, el entramado de calles peatonales, favorece que se viva mucho más la calle: para tomar el fresco en los días de “caló”, para el juego de los niños, para el paseo, y sobre todo para la convivencia vecinal.

 

Sabemos que además de la arquitectura estás interesado por el teatro, la pintura y el flamenco, háblanos algo de todo

 

Me interesa mucho las expresiones culturales, ya sean elevadas a la categoría de arte o las referidas a la cotidianeidad y populares. La Escuela Municipal de Música y Danza de Morón, los cursos de flamenco me ofreció la oportunidad de descubrir muchas facetas personales que desconocía y que he intentado llevarlo al terreno de la Arquitectura. Los palos del flamenco, el compás, el ritmo, y sobre todo el movimiento, son cuestiones que me llevan a proponer nuevos espacios, nueva arquitectura que se base en el sentir del pueblo Andaluz sin caer en tópicos ni en chovinismo.

 

Subirme en un escenario, jugando con las luces, midiendo los movimientos y estando en continuo contacto con el público, fue una experiencia inolvidable y con la que me sentía muy cómodo. Disfruté mucho de los personajes que interpreté, de los cuales fue Federico García Lorca el que más trabajo me costó porque me dolía mucho representar, tanto en el escenario como en el reportaje fotográfico previo al estreno,las escenas de apresamiento y fusilamiento del poeta, un ejemplo de tantos casos similares llevados a cabo durante el Golpe de Estado y la dictadura franquista.

 

La pintura, sobre todo el dibujo, forma parte de mi día a día. Es mi lenguaje profesional y también el mío personal.

 

Hace poco has expuesto en el Mentidero unos bocetos relacionando arquitectura y flamenco ¿Nos puedes hablar de ello? ¿Tienes proyectos para el futuro?

 

ARQFLAM: Arquitectura y Flamenco, es un resumen de mi trabajo que en su día presenté en diversos concursos de Arquitectura en el que incorporo el flamenco.

 

Todo empieza con la Casa-Museo de los Gitanos de Sevilla donde la propuesta que presenté marca los ritmos de la fachada principal por bulerías. Las alegrías definía el rascacielos que presenté en Nueva York, ubicado en la bahía de Cádiz y que planteaba la multiplicación del espacio público en diferentes alturas. No esperaba la buena acogida que tuvo la exposición ya que estos trabajos estaban reservados para el arquitecto. Por ello quiero agradecer a Manuel y Pepa por cederme El Mentidero y a Carmen Montero y José Castro por impulsarme a exponer.

 

En el futuro se vislumbra nuevos proyectos que acojo con entusiasmo porque así me lo trasmiten los promotores, gente joven con una conciencia ecológica y respetuosa con el patrimonio. El 30 de junio presento “Arquitectura a Compás” en el Espacio de Santa Clara con motivo del festival flamenco El Gazpacho.

 

Si todo marcha bien, en septiembre participo en las Jornadas de Patrimonio Industrial de la Universidad Laboral de Gijón, presentando los Hornos de Cal de Morón, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. 

 

Sabemos que eres coordinador de la PAH en Morón ¿Qué te ha llevado a eso y como van las cosas?

 

Yo soy un afectado por la hipoteca. En su día denuncié al banco con el que opero por la cláusula suelo. Siendo militante de Izquierda Unida conocía la labor que realizaba la anterior coordinadora de la PAH, Cristina Gómez, que al dejar su función por motivos personales me propusieron seguir al frente de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Fue duro conocer de primera mano tantos casos de engaños, de injusticia y de robo a nuestros vecinos por parte de la Banca apoyada por el Gobierno de España. Ante ese panorama, las sentencias del Tribunal de Justicia de Europa vino a dar la razón a todos los afectados por las hipotecas, no sólo a aquellos que tienen clausula suelo si no a los que se encuentran inmersos en un procedimiento de lanzamiento hipotecario (desahucio), a los que en su día perdieron su vivienda, y a los que tienen problemas para afrontar el pago de su hipoteca.

 

La PAH se encuentra fuerte porque su gente ha perdido el miedo a perder sus casas y la verborrea amenazante de los bancos y las cajas de ahorro; se encuentra preparada ante las reclamaciones y los procedimientos judiciales en defensa del Derecho Constitucional a la Vivienda; se encuentra apoyado no sólo por IU y PCE de Morón que la acogió en su sede sino por todos los afectados por sus familiares y sus amigos puesto que quedó una vez más demostrado que todos hemos sido víctimas de este sistema capitalista imperante en España. Así que podemos decir muy orgullosamente que todo va muy bien, que seguimos al frente de esta lucha más unidos y más fuertes.

 

¿Quieres decir algo más?

 

Sí, dar las gracias a La Voz de Morón por haceros eco de mi trabajo en el campo de la arquitectura y el interés mostrado por la fusión de éste con el flamenco.

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